El fenómeno Fintech está transformando el relacionamiento con la sociedad y descubriendo y definiendo nuevas relaciones y nuevos esquemas de negocios. Ahora, el cliente deja de ser solo un usuario de procesos diseñados y pasa a valorar la experiencia y determinar con quien desea interactuar y con quien no.
Este es, sin duda, un momento que nos supera a todos, reta la creatividad y le da protagonismo a la innovación. Y es en este escenario donde la banca tradicional está empezando a observar que las oficinas físicas han perdido protagonismo y que las Fintech, con agilidad, disciplina, esfuerzo e innovación, empiezan a llevarle a los ciudadanos diferentes servicios con un alcance y un modelo nuevo.
Las Fintech, entonces, llegan con nuevos paradigmas, otras reglas de negocio y con la construcción de un relacionamiento con el cliente desde él y no para él. Esto nos lleva a entender que, poco a poco, están llegando a donde la banca tradicional no llega. Y ¿qué haremos mañana? Llegar a donde la velocidad y la facilidad sea apreciada por el usuario, así el mercado tendrá la opción de elegir.
Y es que el mundo financiero cambió. 42% de las oficinas bancarias en España han cerrado en los últimos 10 años ¿Por qué? Sencillo, por la tecnología y los modelos de acceso a los servicios financieros que las Fintech han creado. Si la banca no se “monta” en esta ola, lucirá como Blockbuster cuando la televisión por cable llegó al país.
Bajo este escenario, podemos decir que la colaboración entre la banca y las Fintech se está empezando a dar a través de dos tendencias. Por un lado, aparecen los bancos que emprenden su transformación desde adentro, lo que, desde mi experiencia, es una trabajo complejo que se asemeja a reparar un avión en vuelo. La posibilidad de éxito pasa por la asimilación de las reglas de Gobierno, los esquemas de autoridad y la negociación. Se tiene que hacer un esfuerzo imaginativo para concebir una operación sobre nuevos paradigmas.
Luego está el grupo de la banca que incorpora emprendimientos Fintech a sus operaciones, dejando que avance con nuevas reglas y productos que permiten entender el mercado apalancado en la tecnología. Un camino menos riesgoso. No se trata de reparar el avión en vuelo, sino de volar con nuevos procesos en nuevas estructuras.
Sobre esta premisa, y bajo un trabajo conjunto, banca y Fintech logran una velocidad mayor a la que cada uno alcanzaría por su lado. Será muy importante que para 2025 el país permita que 85% de las personas adultas posea una cuenta de ahorro y adquiera, por ejemplo, créditos.
Las Fintech, por nuestra parte, desarrollaremos modelos de acceso al crédito para estas poblaciones y quizás alianzas para incentivar el ahorro sobre modelos no bancarios.
El crédito, que es donde nos concentramos las Fintech de crédito, es el segundo producto que se lleva a las poblaciones no incluidas en el ecosistema financiero, genera disciplina de pago, conciencia sobre la responsabilidad del mismo, dinamiza la economía, permite la adquisición de activos y el ingreso al sistema formal del crédito.
Los bancos deben prepararse para este proceso. Es ahora o mañana. Tarde o temprano. Como decían mis papás, “tu televisor será en color”, es decir, tu banco será una Fintech.
https://www.larepublica.co/internet-economy/las-fintech-y-la-banca-tradicional-no-pelean-2884202
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