miércoles, 20 de junio de 2018

Tras el fracaso del monotributo, gremios piden ajustes

Menos de 20 comerciantes se habrían acogido a ese régimen, de unos 200.000 que podrían hacerlo. 


La creación del monotributo como impuesto alternativo para unos 200.000 comerciantes informales del país parecía ser ‘el As’ de la reforma tributaria del 2016 para que estos trabajadores cotizaran a una pequeña pensión y tuvieran mejores condiciones de seguridad social, pero la realidad resultó diferente.

La acogida real de dicho impuesto completó su primer año con resultados más agrios que dulces: solo 35 personas naturales se inscribieron como potenciales monotributaristas, de los cuales menos de 20 (entre 14 y 17) resultaron efectivos, según cifras conocidas por este diario.

De hecho, el director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), Santiago Rojas, había hecho un llamado en febrero de este año para que los comerciantes y pequeños negociantes del país dieran el paso de la renta ordinaria antes de que se venciera el plazo (que fue en marzo pasado), situación que tampoco fue efectiva, a pesar de las jornadas de capacitación que hizo esa entidad durante el tercer mes del año.

BAJA COBERTURA

Según Clara Patricia Martín, investigadora asociada al Consejo Privado de Competitividad (CPC), la acogida real del monotributo fue mucho menor al 1% de su alcance, “sobre todo porque los rangos que fija este nuevo impuesto son demasiado bajos comparados con el régimen de renta ordinaria, los cuales se basan en ingresos netos”.

Y agregó que si se considera que una persona tiene un margen de utilidad del 10% en su actividad de comercio al por menor “se evidencia que mientras en el sistema de renta ordinaria no se paga impuesto, lo que implica una tasa efectiva de tributación del 0%, en los tres rangos establecidos en el monotributo se genera un impuesto”.

Incluso, las cifras del CPC indican que solo con una utilidad al 30% sería competitivo ingresar al régimen diferencial, pero la gran mayoría de los comercios no facturan la cantidad suficiente para obtener esos márgenes, idea que también quedó planteada en el ‘Informe Nacional de Competitividad 2017-2018’.

En esta misma línea coincidió Rosario Córdoba, presidenta del CPC, quien agregó: “Los rangos que se fijaron no fueron los adecuados, porque solo para quienes tienen utilidades altas se convierte en un atractivo, pero el resto -que es la gran masa de negocios pequeños- no tiene cómo competir ahí”.

A lo anterior se suma que las campañas de difusión y pedagogía solo se vinieron a hacer en el último mes antes de terminar el corte por parte de la Dian, según indicó Guillermo Botero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), quien –no obstante– es férreo defensor de este impuesto alternativo desde que se creó en la reforma tributaria del 2016.

A pesar de su apoyo al gravamen, consideró que “si no hay campañas, si no hay promoción no se pueden pedir beneficios, como lo son la posibilidad de acceder a los beneficios económicos periódicos (Beps) de Colpensiones, que al final del día son algo difíciles de vender”.

Asimismo, indicó que esos pequeños comerciantes le tienen mucha desconfianza a la Dian, “porque les piden compromisos que para ellos son incumplibles, entonces se necesita cierto grado de pedagogía, y si no existe un incentivo alrededor del tema y una buena explicación, pues no sirve de nada; la Dian ha fallado en ese aspecto”.

De hecho, en este último aspecto coincidieron funcionarios de otras entidades estatales, quienes aseguraron que la Dian los dejó al margen de las campañas publicitarias y pedagógicas, “pero dicha entidad tampoco las realizó”, afirmaron.

PROPONEN CAMBIOS

Este panorama llevó a que los gremios involucrados plantearan la necesidad de que el tributo especial para pequeños comerciantes se modificara, con el fin de que su cobertura logre la meta real de acoger unos 200.000 de estos, lo cual tendrían que hacerse por una ley y no por reglamentación.

Desde el Consejo Privado de Competitividad aseguran que es indispensable contar con una acción regulatoria. Es decir, “incluir tributos adicionales al impuesto de renta en el sistema de monotributo y ampliar su cobertura a las microempresas”.

Sobre todo porque el régimen especial “presenta desventajas frente al de renta ordinaria”, y tiene “errores técnicos en sus tasas marginales”. De allí que la propuesta también incluya otros gravámenes como el impuesto al valor agregado (IVA) y al impoconsumo.

Sin embargo, aun sin lograr lo anterior, el CPC afirmó que es vital que el monotributo les aplique a los microempresarios (sin esto, no tendría una alta cobertura), pero también que se corrijan los montos y tasas de tributación, “de manera que sean progresivas para las personas de mayores ingresos”.

BAJA COBERTURA

En un evento reciente, el vicepresidente de los beneficios económicos periódicos (Beps) de Colpensiones aseguró que para el próximo año se espera que unos 10.000 pequeños comerciantes (de 200.000 potenciales beneficiarios) accedan al monotributo, que les permite aportar a esa pequeña ‘pensión’ o a cubrir sus riesgos laborales. 

“Continuaremos trabajando todo el tema de educación financiera para llegarle a todas los pequeños comercios para que entiendan la importancia del monotributo”, aseguró el funcionario. Sin embargo, desde los gremios aseguran que si no se incluyen a las pequeñas empresas (microempresas), la cobertura de este gravamen no llegará ni siquiera el 10% en unos años.


http://www.portafolio.co/economia/impuestos/tras-el-fracaso-del-monotributo-gremios-piden-ajustes-517948

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