De inflaciones que superaron el 30% en la década de los noventa, ahora estamos en niveles cercanos al 7%. A este indicador se le conoce también como el ‘impuesto a la vida’ por el impacto que tiene en las finanzas de todos los participantes de la economía.
En los últimos 16 años la economía colombiana ha afrontado innumerables transformaciones que impactaron los precios de los productos, no solo de la canasta básica sino también los de artículos de uso cotidiano y algunos servicios.
Tras la difícil coyuntura económica de los años noventa, que se manifestó en altos niveles de inflación (superior a 30%), el Índice de Precios al Consumidor (IPC, que se usa para saber el costo de vida) se niveló a comienzos del siglo XXI.
Para el año 2001, de acuerdo a cifras del Departamento Nacional de Estadística (Dane), el índice, que mide la evolución del costo promedio de una canasta representativa de bienes y servicios de los hogares, registró una variación del 7,65%.
Para el 2006, ese indicador llegó a 4,48% y en el 2008 volvió alcanzar niveles elevados, al situarse en 7,67%. En años posteriores la variación llegó a niveles inferiores como en 2010 (3,17%), 2012 (2,44%) y 2013 (1,94%).
En 2015 la variación del IPC fue de 6,77% y en lo corrido de este año, según datos del Dane, este indicador ha llegado a 5,31%. El siguiente gráfico nos permite apreciar los notorios cambios en un determinado número de bienes y servicios.
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