¿Cómo “blockchain”, la tecnología detrás del bitcoin, puede descentralizar el sistema financiero mundial?
Las monedas han sido la huella dactilar en la evolución de las instituciones sociales a la hora de obtener riqueza. A lo largo de la historia, las civilizaciones han utilizado tres estrategias para obtener riqueza: la guerra, el comercio y la tecnología.
La guerra
Esta ha sido la manera más primitiva de obtener riqueza entre imperios o Estados. Algunas de las características de la guerra son la usurpación de tierras, recursos naturales y bienes por parte de los actores que se encuentran en medio de un conflicto.
Las guerras son una situación donde, en general, todas las partes pierden. A pesar de que en el corto plazo el que gana la guerra se queda con el botín, en el largo plazo pueden presentarse pérdidas por las consecuencias de la guerra misma. Por ejemplo, algunas naciones han tenido que incrementar su gasto militar para la defensa de su soberanía y responder a retaliaciones de otros actores con los que se encuentra en conflicto.
En épocas de guerra, cuando no hay confianza y ninguna de las partes ve una salida distinta al conflicto, el oro cobra relevancia como la única moneda aceptada entre las partes.
El comercio
Cuando existe confianza entre los diferentes imperios o Estados se hace posible el comercio internacional. En este marco, los actores no se apoderan de los recursos naturales de su opositor, en cambio, los intercambian, creando así una situación en la que todas las partes ganan.
El medio de transacción, en este caso, son las monedas de los Estados (denario romano, florín holandés, libra esterlina, US dólar o el Euro), las cuales representan un orden mundial en el que se abren las posibilidades del comercio internacional. Es de esta manera como los gobiernos centralizan las transacciones y generan confianza en la economía local.
Tecnología
La tecnología es, básicamente, la manera de convertir los insumos disponibles del comercio internacional en algo que no existía previamente. La creación tecnológica beneficia a toda las sociedades y crea más valor económico que el simple intercambio de recursos naturales. Por ende, puede decirse que es el único proceso donde cada individuo de una sociedad puede crear valor económico, ya que permite la descentralización del poder.
Por ejemplo, los relojes de mano descentralizaron el control del tiempo de las torres dentro de las ciudades; la imprenta desarticuló el monopolio de la escritura por parte de la iglesia; el internet democratizó el acceso a la información. Actualmente, “Blockchain” es una tecnología que descentraliza la confianza en el sistema monetario.
Blockchain, el protocolo de la confianza
La confianza es el pilar real del sistema monetario actual, ya que no puede ser ni un monopolio del gobierno ni el de un ente privado.
Si los entes privados controlan la creación de dinero y crédito (transacciones basadas en confianza), pueden generar burbujas y volver inestable el sistema financiero (Tulipmanía1637, John Law Burbuja de Mississippi 1715, la burbuja en US 1928, la burbuja japonesa 1990, la burbuja inmobiliaria US 2006).
Si, por el contrario, el monopolio lo tiene el gobierno, el peligro es la inflación y el deterioro del poder adquisitivo de sus ciudadanos (Francia 1790-1795, Alemania 1920-1923, Latino América 1980-1985). Es decir, el control del dinero tiene que estar en manos de una institución más allá de los mercados y el Estado.
La solución en el siglo XX a esta situación fue la creación de bancos centrales independientes basados en un comité tecnocrático (PhDs en economía), cuyo objetivo era el control de la inflación y la estabilidad del sistema financiero.
Los bancos centrales tienen el monopolio de la creación del dinero y, así mismo, regulan de manera indirecta la generación de crédito. Estas instituciones han sido muy exitosas a la hora de controlar la inflación, pero no han tenido los mismos resultados a la hora de controlar las burbujas financieras.
Bitcoin es una nueva alternativa. Es un sistema descentralizado de intercambio de valor, el cual usa blockchain como protocolo de transferencia de confianza. Es decir, para que una transacción en bitcoin sea efectiva, esta debe ser verificada por cada usuario de la red por medio de complicados algoritmos de encripción que son resueltos de manera distribuida en la nube.
Bitcoin no es una moneda, es un “commodity”, cuyo precio está asociado al costo de la verificación de confianza de una transacción en la red. Si la red crece, la complejidad de la misma aumenta. Esto hace rentable tener miles de computadores dedicados a resolver problemas de criptografía para verificar las transacciones en el sistema.
Si bien bitcoin es parte estructural de blockchain, esta última no se limita sólo a transacciones con bitcoin. Sistemas de votación, sistemas de transferencia internacional de remesas, sistemas de verificación de autenticidad de productos y aplicaciones para el internet de las cosas, son algunas de las muchas posibles aplicaciones de blockchain.
El lado oscuro de bitcoin
Bitcoin es una tecnología emergente y ha sido asociada a fraudes y a transacciones oscuras de terroristas y traficantes. No obstante, este es un riesgo que afecta a cualquier sistema transaccional (Billetes falsos, tarjetas de créditos clonadas, etc.)
Algunos gobiernos, como el de China, han prohibido las transacciones en bitcoin. Otros, alertan de los posibles fraudes. Sin embargo, el uso de dicha tecnología por parte de los gobiernos podría ser útil en la medida en que haría mucho más efectiva la labor de los bancos centrales, de las entidades gubernamentales encargadas de evitar corrupción en las votaciones o como sistema de validación distribuido de las licitaciones estatales.
En conclusión, blockchain es un protocolo que permite asignar confianza en una transacción de manera descentralizada. Esta tecnología logrará su máximo potencial cuando los gobiernos y corporaciones la usen en diferentes procesos donde la verificación de autenticidad y el anonimato sean claves.