lunes, 21 de diciembre de 2015

Podrían ser los jóvenes la generación perdida del siglo XXI?

En la actualidad 1 de cada 4 jóvenes en América Latina esta buscando trabajo por primera vez.

Una cifra récord de jóvenes que no estudian ni trabajan enciende las alarmas sobre el futuro del trabajo de más de mil millones de personas que ingresarán al mercado laboral en la próxima década.

Los jóvenes son el centro de atención en el mundo. Sin embargo, últimamente lo son por cuestiones alarmantes. Ciertamente, la nueva cifra récord de 600 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, los llamados “Ninis” están desafiando las mejores políticas de inclusión laboral en el planeta.

Al menos así expone esta preocupante situación el nuevo informe del Banco Mundial: “Toward solutions for youth employment: A baseline 2015 report”. El llamado que hace la organización multilateral a los gobiernos del mundo es la difícil tarea de crear por lo menos cinco millones de fuentes de trabajo mensuales durante la próxima década.

Esta cifra no es exagerada ya que se espera que en el transcurso de esos 10 años 1.000 millones de jóvenes deberán incorporarse a la fuerza laboral. Caso contrario el costo de inacción puede ser demasiado alto.

Un mundo hostil para los jóvenes

Aunque el llamado del Banco Mundial es contundente, los desafíos para atenderlo con eficacia limitan la respuesta de los gobiernos.

En primer lugar la expansión económica está muy debilitada. Si se le añade el creciente aumento del sector informal y la caída de los salarios reales el resultado es un mundo hostil para las nuevas generaciones en su búsqueda de empleo.

Hay que tener en cuenta que los jóvenes representan el 40% de la población mundial, es decir, casi 3.000 millones de personas y la gran mayoría vive en países en desarrollo quienes tienen las tasas de fecundidad más altas y al mismo tiempo los mayores riesgos macroeconómicos a causa de la desaceleración mundial.

Según Naciones Unidas son más de 500 millones de jóvenes los que tratan de sobrevivir con menos de US$2 al día y sus derechos, especialmente los de las mujeres, son los más vulnerados. Incluso en 2014 se calculó que cada día cerca de 39.000 niñas menores de 18 años contraen matrimonio.

Las cifras son complejas, pero los límites que tienen los esfuerzos son mayores. En el informe de Naciones Unidas titulado “Estado de la población mundial 2014” se encontró que 2 de cada 3 países ignoran por completo a los jóvenes al diseñar estrategias y los planes de desarrollo dirigidos a reducir la pobreza.

El problema en Latinoamérica


En la actualidad cerca del 22% de todos los jóvenes en América Latina ni estudian ni trabajan. De estos el 70% son mujeres principalmente en zonas urbanas, según explican datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Adicionalmente el 55% de todos los jóvenes en la región se dedica al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.

Sin embargo lo más preocupante es que aproximadamente 1 de cada 4 jóvenes de Latinoamérica está en busca de trabajo por primera vez. Esto significa que las presiones demográficas están empezando a impactar en el mercado laboral.

Los tiempos cambian


Los desafíos para afrontar esta situación incrementan cuando estudios de la Cepal y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirman que antes se quería resolver todo a través de la educación pero hoy la situación es más compleja y además de esta se requiere el desarrollo de habilidades empresariales y fomentar la innovación.

Este tipo de desarrollo inclusivo debería convertirse en políticas públicas que trasciendan cambios de gobierno explica Cepal. El llamado de los organismos multilaterales es garantizar que todos los jóvenes finalicen la escuela con un amplio abanico de habilidades cognitivas, sociales y emocionales partiendo desde la educación preescolar de calidad.

De igual forma se considera importante desmantelar las barreras institucionales al empleo juvenil y garantizar que los primeros contratos temporales representen un paso hacia nuevas oportunidades y no el final de la mayoría de ellas. 

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