lunes, 10 de agosto de 2020

No hay crédito más costoso que el que usted no logra conciliar

Gloria Urueña, presidente ejecutiva de Colcob, cuenta cómo ha cambiado la forma de acercarse a los deudores en dificultades por causa del coronavirus.


La Corte dice que acudir a un proceso ejecutivo no es un criterio diferencial entre los acreedores de un trámite de insolvencia.

En agosto próximo entrará en marcha el Programa de Acompañamiento a Deudores (PAD), por el cual la Superintendencia Financiera imparte instrucciones complementarias a los establecimientos de crédito para que determinen las condiciones para la redefinición de las obligaciones de aquellos deudores cuyos ingresos se han visto afectados por la pandemia.

Estos alivios a los deudores, que se extenderán hasta diciembre, también vienen acompañados de una nueva estrategia en la cobranza de aquellas obligaciones que cayeron en mora.

Así lo afirmó Gloria Urueña, presidente ejecutiva de la Asociación Colombiana de la industria de la cobranza (Colcob), quien contó cómo ha cambiado la manera de acercarse al cliente, entendiendo las dificultades de cada persona en tiempos del coronavirus.

¿Qué cambia en la cobranza cuando comienza la pandemia?

En un comienzo, cuando iniciamos el aislamiento, se suspendió toda actividad de cobranza porque tanto los originadores como nosotros decidimos que había que cambiar la manera de acercarnos a los clientes, que había que cambiar la conversación. A pesar de que desde Colcob siempre se ha mantenido esa política, porque el deudor moroso es cliente en dificultades.

¿En qué puntos se ha enfocado la gestión?

Sabemos que esta situación ha dejado a muchas personas sin oportunidad de ingresos, entonces hemos acompañado a los originadores en una gestión más orientada a entender al cliente.

¿Cómo recibieron las medidas fijadas en ese sentido por la Superfinanciera?

Ha sido muy oportuna la circular de acompañamiento a deudores porque es la incorporación de medias prudenciales para a esos clientes en dificultades. Se trata de que quien se acoja es porque han cambiado sus condiciones económicas, porque de ninguna manera nos interesa fomentar la cultura de no pago en el país, más bien hemos acuñado la frase “el que recibe paga”.

¿Aumentó el número de clientes que cayeron en mora?

Indudablemente. En estos momentos no hay mediciones exactas, pero sí ha aumentado el número de clientes en dificultades. Tan así que salió el programa de acompañamiento a deudores, que busca una gestión más intuitiva y en relación con la situación económica del cliente.

¿Qué decirle a la gente que no ha podido honrar sus deudas y que se ‘pierde’ por miedo al cobro?

No hay crédito más costoso que el que usted no logra arreglar. Se han creado mecanismos y las entidades financieras cuenta con elementos objetivos para ayudarlo a solventar su situación crediticia. La invitación es no alejarse del crédito formal.

En tiempos de dificultades, ¿qué debería hacer una persona para recomponer el bolsillo?

El que está en dificultades debe hacer un presupuesto para mirar la forma en que va a poder honrar ese crédito. También puede entrar en periodos de gracia, hay la forma de llevar cuotas al final de crédito y existen herramientas para redefinir las condiciones crediticias.

¿Por qué alejarse del ‘gota a gota’?

Están abusando de la ignorancia de la gente, del temor de acercarse a una entidad financiera. Hay entidades de microcrédito, hay sector cooperativo, hay banca de primer piso para que no se dejen engañar. Durante este tiempo el ‘gota a gota’ ha crecido en un 30%.


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