A partir del 2022 se necesitarán $ 20 billones de pesos de hoy en ingresos adicionales.
Juan Pablo Zárate y Juan Alberto Londoño, viceministros de Hacienda.
La economía colombiana desacelerará, en el total del año, en un 5,5 por ciento; la expectativa con la inflación es que se ubique en 2,4 por ciento, mientras que el país tendrá que adquirir una deuda que, sin embargo, puede estar por encima del 60 por ciento del PIB (producto interno bruto), para concluir el 2020 con un déficit fiscal de 8,2 por ciento.
Esas cifras no tienen punto de comparación con lo sucedido en Colombia en choques anteriores y son algunas de las proyecciones que hace el Ministerio de Hacienda en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, documento presentado este viernes, en el cual el Gobierno hace estimativos a una década alrededor de las variables económicas más importantes, lo que les sirve al Gobierno para planear la política pública y al sector privado para tomar decisiones de inversión y producción.
El documento evidencia que el 2020, claramente, es el año de la debacle, mientras que a partir del 2021, según las previsiones del ministerio, vuelve el dinamismo a la economía. No obstante, los datos fueron presentados por los viceministros de Hacienda Juan Pablo Zárate y Juan Alberto Londoño, con la salvedad de que la incertidumbre sigue presente, en medio de una pandemia que continúa su curso, sin haber llegado al pico de contagio.
Es por eso que a algunos analistas les sorprende el optimismo con el cual se hacen las cuentas del 2021, año en el que se espera un crecimiento de 6,6 por ciento y una reducción del déficit fiscal, desde el 8,2 por ciento de este año a 5,1 por ciento en el próximo. Esto, porque el Gobierno aspira a que se dé una recuperación rápida, pese a que en crisis anteriores (1999, por ejemplo) el país tardó varios años en volver a alzar vuelo.
Hay que señalar que los estimativos realizados por el ministerio para hacer las cuentas de las finanzas públicas se basan en algunos supuestos, como lo es el precio del petróleo, producto del que dependen mucho los ingresos del país. Según señaló Zárate, aspiran a que el crudo de referencia Brent se ubique entre 35 y 40 dólares en el 2020. Como ese indicador está muy ligado a lo que sucede con la tasa de cambio, el ministerio espera que la cotización del dólar, para el promedio del año, sea de 3.960 pesos.
En el Marco Fiscal de Mediano Plazo se hacen las cuentas de lo que hará parte de los ingresos y de los gastos del Estado. Y ningún año tan singular como el 2020, en el que los efectos del covid-19 son complejos, pues la idea de unas finanzas sanas se trastocó. Por un lado, los ingresos del Gobierno se caen ya que, en un 85 por ciento, dependen de los impuestos, y es claro que en el 2020 ese ingreso no cumplirá la meta prevista ($ 168 billones). En total, según el documento presentado por el ministerio, en este año se espera un ingreso equivalente a 15,6 por ciento del PIB, del cual el 13,3 por ciento provendrá de los tributos.
“Los ingresos disminuyen en la medida en que hay menor crecimiento, hay menores ingresos tributarios y la menor demanda repercute en los precios internacionales del petróleo”, indicó Londoño.
En contraste, el gasto ha estado aumentando, pues se han requerido mayores esfuerzos en materia de salud (pruebas de covid-19, compra de ventiladores, adecuación de unidades de cuidados intensivos). También ha sido necesaria la financiación de las ayudas a la población vulnerable que, por lo general, dependía de un trabajo informal, por lo tanto, perdió los ingresos en una cuarentena prolongada. Y los apoyos al sector productivo, que también tuvo que detener motores, y el Estado ha dispuesto recursos para financiar parte de la nómina.
En consecuencia, el gasto previsto por el Gobierno en el 2020 es el equivalente al 23,8 por ciento del PIB, frente al 18,6 por ciento que se tuvo en el 2019.
En medio del panorama que hay actualmente y de lo que puede dejar como impacto negativo el coronavirus, surge el interrogante de las fuentes de financiamiento del Estado en el mediano y largo plazo, ya que el país ha tomado una deuda sin precedentes para enfrentar la crisis generada por la pandemia.
Pues bien, el Marco Fiscal muestra que en el 2021, aunque el gasto bajaría en más de 3 por ciento del PIB, hasta un 20,7 por ciento de lo que produzca la economía en el próximo año, los ingresos sí podrían continuar estables (15,6 por ciento del PIB), mientras se recupera la economía. Esto llevaría a que, a partir del 2022, Colombia necesite recaudar mayores ingresos, hasta llegar a 17,4 por ciento del PIB (2 puntos adicionales, equivalentes a 20 billones de pesos). Esto, de inmediato, puso en el tapete la idea de que para ese año sería la reforma tributaria que obtenga dichos ingresos.Reforma tributaria
En ese sentido, el viceministro Londoño confirmó que, para el 2021, parte de los recursos provendrán del plan de enajenaciones de algunos bienes públicos. Sin especificar cuáles serían, indicó que por esta vía se obtendrán 12 billones de pesos, mientras que anunció que se revisará el tema tributario de la mano de la comisión creada para estudiar el gasto público.
El funcionario dijo, sin comprometerse a asegurar que para el 2021 se haría una reforma tributaria, que el Gobierno está pensando más en una reforma fiscal, es decir que, además de modificaciones en impuestos, también incluya ajustes en el gasto. Incluso recordó: “Nuestro gasto de funcionamiento es de los más altos en América Latina. Allí tendremos que hacer ajustes”.
En cuanto a reformas tributarias, enfatizó en que en este momento, “no podemos centrarnos en ese tema hasta tanto se pase la página de la pandemia y se haga la respectiva medición de su efecto”.
Sin embargo, Londoño agregó que se tiene prevista una revisión minuciosa de los beneficios tributarios existentes y de las cargas en impuestos que hoy están vigentes, pero señaló: “Esto debe hacer parte de la discusión que se vendrá con el estudio que nos presente la comisión creada para revisar el tema”.
Acerca de introducir nuevos impuestos para las personas naturales, señaló que “son pocos los que pagan impuestos, por lo tanto, hay espacio para hacer cambios”.Proyecciones en medio de incertidumbre
EL TIEMPO entrevistó a Juan Pablo Zárate, viceministro de Hacienda.
¿En qué se basa una proyección tan optimista para 2021 (6,6 por ciento), si aún no ha pasado la pandemia?
En primer lugar, hay que reconocer que, dada la pandemia, las proyecciones tienen un grado de incertidumbre mayor que en los años pasados. Esto pasa en Colombia y en el resto del mundo. Dentro de este grado de incertidumbre, la proyección de crecimiento prevé unos niveles de PIB para 2021 similares a los observados en 2019.
En la medida en que los distintos sectores productivos puedan realizar normalmente sus actividades y que la economía mundial se recupere, la actividad económica en el país puede retornar a los niveles anteriores a la pandemia.
Hay que tener en cuenta que en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) que se presentó en el año pasado se preveía un nivel de PIB para 2021 que era 7 por ciento superior al que estamos presentando en este MFMP, reconociendo que buena parte de los efectos de la pandemia se mantendrán en 2021.
¿Qué situaciones internas y externas podrían arriesgar las proyecciones previstas?
Desde el punto de vista global, una duración de la pandemia superior a la que se tiene prevista, o una afectación excesiva de los balances de empresas, hogares o bancos que impida que puedan retomarse los proyectos de consumo e inversión.
Los mismos riesgos están presentes en el caso colombiano. Por esta razón es muy importante proteger la salud financiera de los agentes del sector real y financiero.
De la misma manera, es importante proteger los contratos laborales del sector formal. Si estos contratos se rompen, se pueden demorar mucho tiempo en recuperarse. Por esta razón, el Gobierno estableció programas que protegen el empleo formal, como el Paef (programa de apoyo al pago de las primas).
¿Por qué el gasto de funcionamiento en 2021 es igual al 2020 (año de pandemia) si además se habla de recorte en el gasto como parte del ajuste fiscal?
El gasto que se hace para la pandemia está registrado en un rubro especial para tener mayor control sobre el mismo. Este gasto será desmontado en 2021, siempre y cuando la pandemia se haya controlado.
El Gobierno ha dicho con claridad que es deseable que la reforma fiscal, de la que este ajuste podría hacer parte, se lleve a cabo una vez se hayan superado los mayores efectos recesivos de la pandemia.
Como dije antes, hay mucha incertidumbre al respecto, pero con una probabilidad muy alta esto no habrá ocurrido aún en 2021.