jueves, 8 de enero de 2015

Es prioritario administrar el patrimonio desde jóvenes

Las metas se deben alcanzar y no soñar para lograrlas.

La riqueza es el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que una persona o familia acumula en un tiempo determinado y que es en realidad el patrimonio que han ido adquiriendo durante su vida.

Desde que nacemos, tenemos propósitos y objetivos muy definidos que nos guiarán por la vida. Lo mismo ocurre con el manejo de las finanzas personales las cuales necesitan de un proyecto que nos enfoque hacia las metas que queremos tener y nos permita valorar todos los riesgos y ventajas con suficiente previsión y tiempo.
Participar de estos planes financieros involucrando a la familia, iniciarlos juntos y llevarlos a cabo, favorece la unión familiar y enaltece la realización personal y el triunfo en las finanzas.
Sin embargo, un factor fundamental en el manejo de las finanzas personales es tener una previsión presupuestal que genere un patrimonio que a la postre será lo que nos ayude a tener cierta riqueza desde temprana edad.
¿CÓMO ADMINISTRAR EL PATRIMONIO?
Para Manuel Felipe García, gerente de Soluciones de Inversión de Old Mutual, saber administrar el patrimonio depende mucho del objetivo para el que se tenga. Los que trabajan en temas de gestión de riqueza en países como Estados Unidos, definen cinco formas en que se puede gestionar el patrimonio:
1. Mantener el poder adquisitivo
2. Mantener rentas estables
3. Conservar el valor real de la riqueza y su poder adquisitivo
4. Conservar la riqueza real per cápita a lo largo de generaciones
5. Mantener el crecimiento de la riqueza
“Parecen similares, pero tienen pequeñas modificaciones. Las dos primeras son mucho más conservadoras, mientras que las otras tres deben tener un riesgo mayor y deben ser más pensadas en el largo plazo”, comenta el especialista de Old Mutual.
Lo importante es que el patrimonio se debe gestionar de una forma no agresiva, sin entender esto como perfil de riesgo, sino como el no tomar posiciones que pongan en peligro el capital: Por ejemplo el llevar al límite temas fiscales o embarcarse en proyectos o empresas que tengan un alto grado de incertidumbre y que impliquen destinar gran parte del patrimonio.
En general, se debe partir de los objetivos que se quieren lograr con el patrimonio y actuar en consecuencia.
Por ejemplo, si parte de lo que quiere hacer la familia es una fundación u obras de caridad, esto debe estar totalmente claro dentro del manejo del patrimonio. Si lo que se quiere es conservar el valor per cápita, esto tiene unas implicaciones diferentes: en la medida en que las generaciones van creciendo (por ejemplo, el padre tiene dos hijos que a su vez tienen dos hijos, lo que lleva a que el patrimonio inicial se dividida en la tercera generación entre cuatro; esto implica un desafío interesante para mantener a todos en el mismo estatus de la generación inicial), y allí se deben tomar medidas diferentes.
En general, la administración de un patrimonio debe servir por muchas generaciones, contar con un equipo especializado que lo ayude en estos temas, tener diversificación adecuada y suficiente, no perder de vista los objetivos que se ha trazado con el patrimonio y no tomar decisiones arriesgadas que pongan en peligro el patrimonio familiar. Una cosa es querer generar una rentabilidad mayor, pero dependiendo de lo que quiera lograr lo mejor es buscar retornos acordes con dicha estrategia.
INVOLUCRAR A LA FAMILIA 
La familia debe ser parte activa de la administración del patrimonio. Eso no implica que todos los miembros de la familia deban sentarse a tomar cada decisión, sino que son los que evalúan la estrategia, el objetivo y lo que se quiere lograr con el patrimonio, y la familia generalmente tiene un representante que es el que se reúne con su asesor patrimonial. 
El enfoque patrimonial debe alinearse con los valores familiares. Los expertos coinciden en afirmar que muchas veces se piensa que la gestión del patrimonio es solo financiera, lo cual es falso: los mejores resultados familiares se logran cuando el patrimonio cumple los objetivos que la familia tiene como un ente único.
En conclusión. Para no caer en falsas expectativas lo primero que debemos hacer es ser realista, establecer plazos, hacer un buen plan económico y ser flexible porque las metas a largo plazo pueden cambiar. Acá la diferencia está en que las personas de acción ponen en práctica todo lo necesario para alcanzar sus metas.
‘TIPS’ PARA TENER EN CUENTA
1. Hacerse cargo de la gestión del patrimonio familiar lo más pronto posible (muchas personas aplazan esto y cuando se dan cuenta, ya es tarde para tomar las riendas).
2. Diversificar, pero eficazmente
3. Mantenerse lo más sencillo posible. Recordemos que muchas estrategias sofisticadas han mostrado ser muy riesgosas en momentos negativos del mercado y esto puede poner en riesgo el patrimonio)
4. Es importante que la familia vaya preparando a los futuros líderes que se encargarán de todos los temas, una vez las generaciones mayores se vayan retirando.

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