sábado, 31 de enero de 2015

Egresados gringos tienen deudas ya casi impagables

La alegría de recibir el grado se torna en preocupación cuando se comienza a pagar.


El crédito educativo se convirtió en la más costosa carga de los hogares estadounidenses, alcanzando la cifra de 100.200 millones de dólares en el último año.
Los préstamos para financiar la educación superior son, en la actualidad, mucho más onerosos que el mismo crédito hipotecario, pagando tasas de hasta 7 por ciento anual, lo que ha puesto contra la pared a buena parte de más de 40 millones de egresados que se endeudaron para pagar las universidades, cuyas matrículas y gastos complementarios, fluctúan entre los 10.000 y los 50.000 dólares por año.
La situación de mora de más de 7 millones de graduados cuya deuda acumulada al cerrar el 2014, supero los 100.000 millones de dólares, ha disparado las alarmas en distintos sectores, donde se plantea desde la condonación de obligaciones hasta la reforma total del sistema de crédito educativo.
Ya están en curso varios proyectos de ley, que proponen entre otras cosas la fijación de un tope máximo del 4 por ciento anual para el crédito estudiantil, con retroactividad para todos los préstamos suscritos hasta el 2013.
Sin embargo, desde la misma academia se sostiene que el sistema esta tan distorsionado, que requiere una reforma total, empezando por volver a los fundamentos que inspiraron el crédito educativo, como fue el de facilitar y subsidiar el acceso a las universidades de los estudiantes más pobres.
Para los investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Tennessee, Angela Boatman, Brent Evans y Adela Soliz, la situación ha llegado al extremo que muchos estudiantes están pensando si vale la pena asumir una carga tan costosa y por tantos años, ante la incertidumbre de un mercado laboral, en donde muchos profesionales jóvenes se tienen que resignar a ganar un salario mucho menor del esperado.
Se requiere –anotaron– una simplificación total del sistema, convirtiéndolo más que todo en un compromiso de pago ligado a los futuros ingresos del profesional. Señalaron que un buen ejemplo en esa línea, es el proyecto que adelanta la Universidad de Oregon de adoptar un sistema en el que el estudiante destina menos del 1 por ciento de su ingreso futuro anual, al pago de su crédito educativo, por un periodo que puede extenderse hasta 25 años.
LAS UNIVERSIDADES SON MUY CARAS
Los costos para acceder a la universidad se incrementaron 2 y media veces, en los últimos 10 años, ante lo cual el volumen de crédito educativo se disparó a tasas del orden del 15 por ciento anual, que se comparan con los desembolsos de préstamos para vivienda o automóviles, cuyos incrementos han sido del orden del 3.5 y 2 por ciento, respectivamente.

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