viernes, 15 de agosto de 2014

Que impuestos no los paguen solo los de siempre

El presidente de la entidad, Bruce Mac Master, ha reclamado un ministerio de Industria. Entrevista.Bruce Mac Master encabezará esta semana su primera asamblea de la Andi, como presidente del gremio.

Bruce Mac Master encabezará esta semana su primera asamblea de la Andi, como presidente del gremio.

El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, le pidió al país hacer un gran esfuerzo para aumentar la base de quienes pagan impuestos con las empresas formales e informales que nunca han cumplido esta obligación.
La aclimatación de la paz, una vez termine la negociación del Gobierno y las Farc en La Habana sobre el fin del conflicto armado interno, requerirá de cuantiosos recursos y todo el país, dice el dirigente gremial, debe aportar a la solución de un problema que es de todos. (Lea también: Los tributos que vienen).
Mac Master, quien cumplirá nueve meses al frente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) esta semana, cuando el gremio llevará a cabo, en Medellín, su asamblea número 70, ha venido reclamando un ministerio de Industria, pues está de acuerdo en que “no es posible lograr el desarrollo del país si no tiene una industria que lo jalone”.
La industria colombiana ha retrocedido en los últimos años, pero ¿por qué necesita un ministerio?
Después de hacer un diagnóstico de la industria, la conclusión es que a Colombia le falta una gran cantidad de gestión no solo privada sino pública para crear las condiciones que permitan que el sector se desarrolle.
¿Falta de gestión es falta de liderazgo?
Hoy tenemos una política liderada por las personas y las políticas de comercio exterior. Esta debería ser una estrategia y no un objetivo en sí mismo; en cambio, el crecimiento de la industria sí lo es. Faltan liderazgo y alguien que tenga toda la ecuación en su cabeza.
¿Qué haría un ministerio de Industria?
La gran tarea de estimular la competitividad en el país; que esta se dé desde el punto de vista de infraestructura, logística, trámites, aduanas, zonas francas, energía, judicial, certidumbre jurídica; que las consultas previas funcionen, que salgan las licencias ambientales; hay muchas más tareas y la Andi las ha identificado.
¿Están identificadas las funciones de ese hipotético ministerio?
Nosotros tenemos más de 100 proyectos, que están siendo trabajados con 15 ministerios, que tienen que ver con la competitividad, pero son 15 trabajos distintos con 15 entidades distintas. No hay una sola entidad del Gobierno que tenga todo el modelo en su cabeza. Yo aspiraría a que el próximo plan de desarrollo tenga este capítulo sobre desarrollo industrial y competitividad.
¿Dónde estaba la Andi?
La Andi ha tenido todo un ejercicio de repensarse. Mi primera tarea al llegar a la Andi fue preguntarles a los afiliados qué tipo de gremio quieren, qué falencias han encontrado durante los últimos años, que cosas ha hecho bien, qué cosas quisieran que la Andi hiciera y no está haciendo.
¿Y qué quieren los afiliados?
Varias cosas que son evidentes: tener una vocería dinámica, constructiva pero crítica, que sea parte del futuro de construcción del país; quieren un gremio que sea responsable socialmente; que converse con los ministerios pero que, de alguna forma, no trague entero, y que se meta en el tema de competitividad.
¿Y en ese repensar del gremio caben el conflicto y el posconflicto?
Claro. Este es uno de los temas más interesantes porque justamente las condiciones exógenas a la Andi han venido cambiando: estamos enfrentados al tema del posconflicto, que se ha venido dando desde que se debilitó la guerrilla y cambiaron las condiciones de seguridad, y si llega a haber un proceso de paz se va a acelerar, de manera que ese repensar de la Andi incluye no solo el posconflicto sino la posición de la Andi ante el país.
¿Cuál es esa posición?
Los afiliados me dijeron explícitamente: la Andi ha sido un agente importante de desarrollo económico, y el mandato que tengo de ellos es que también tenemos que ser un agente importante desde el punto de vista de desarrollo social.
¿Y ese planteamiento cómo se aterriza?
En el tema de responsabilidad social trabajamos en cuál va a ser el papel de la Andi como aglutinador del sector privado; cómo vamos a actuar en el posconflicto, en todo el proceso de reconciliación; por ejemplo, cómo vamos a trabajar con los desmovilizados, qué tipo de trabajo vamos a hacer, cómo vamos a trabajar con las comunidades donde están presentes nuestras compañías y para eso tenemos una gran cantidad de proyectos desde este momento.
¿El sector privado estaría dispuesto a pagar más para la fase del posconflicto?
El 100 por ciento de los recursos con que cuenta el Estado colombiano proviene de tres fuentes: las empresas estatales, como Ecopetrol, de los impuestos que pagan los ciudadanos y de los impuestos que pagan las empresas.
¿Pero estaría dispuesto a tributar más?
Es muy probable que se le plantee eso al sector privado y al país muy pronto; de las 500.000 empresas existentes, apenas 3.500 pagan el 99 por ciento de los impuestos. Nosotros pretendemos que haya un ejercicio de análisis de equidad tributaria, que se haga un esfuerzo grande para tratar de que todo el país asuma esta carga que tiene que ver con la solución para todo el país.
¿Es decir?
Seguramente vamos a participar, pero lo que le pedimos al país es que haga un esfuerzo muy fuerte de aumentar la base de las empresas formales e informales que no han pagado impuestos históricamente. Hay algunos sectores que nunca han pagado impuestos y han sido fuente de creación de las más importantes riquezas de nuestro país, es importante que esos sectores comiencen a pensar que son parte de la solución.
‘Sentí alivio cuando no se aprobó el TLC con Corea’
Se le notó un alivio cuando se ahogó el TLC con Corea.
Tiene razón: sí sentí alivio cuando la Cámara no aprobó ese TLC, porque Colombia se abrió demasiado rápido a una gran cantidad de economías y productores de diferentes sectores; en el caso de Corea hay muchos renglones de la industria que se verían muy afectados en el mismo instante en que se implemente ese acuerdo.
¿Y entonces?
Entendemos las razones de índole diplomática que hacen que, probablemente, sea muy complejo plantear la renegociación del acuerdo; pero también que hay unos sectores que quedaron demasiado expuestos en ese tratado. Colombia se abrió al 70 por ciento de las economías del mundo, se abrió a un mercado de 1.500 millones de consumidores, pero también se abrió a los productores de esos países y, muy probablemente, durante todo ese tiempo que invertimos en esas negociaciones comerciales fue justamente el tiempo durante el cual no tuvimos a nadie ni ninguna entidad encargada de la política industrial de Colombia, de manera que seguramente nos cogieron “con los calzones abajo”.
¿Qué opina del TLC con Panamá?
Creo que de aquí en adelante cualquier negociación que se haga tiene que ser altamente estratégica. Un TLC con Panamá a mí no me suena, entre otras cosas porque nosotros sí esperamos (de Panamá) un grado de colaboración significativamente mayor del que ha tenido con Colombia por el tema del contrabando proveniente de allí y por el cual la industria colombiana ha sufrido fuertemente todos estos años.
África, con un gran potencial
El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, reconoció que sintió un aire fresco cuando el TLC con Corea se hundió en la Cámara de Representantes por falta de tiempo para su discusión (el Gobierno ha anunciado que volverá a presentar el proyecto), y que no le llama la atención el acuerdo con Panamá.
Entonces, ¿cuáles serían los candidatos para negociar TLC?
Estoy muy interesado en que se miren algunas economías africanas, mercados interesantes, grandes, como los de Nigeria, Mozambique, Costa de Marfil, con los cuales se puede competir, donde Colombia seguramente tendría unas ventajas competitivas muy grandes, pero abrirnos por abrirnos no parece ser un objetivo estratégico.

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