Que “los bancos cobran por todo”, que “los bancos hacen fortunas a consta de los ahorros de las personas”, que “los bancos se ganan todo el dinero y los clientes no ganan nada”…
Y otras excusas más como que el servicio de los bancos es muy deficiente, que los bancos le prestan dinero solo a aquellos que lo tienen, que los bancos no apoyan al pequeño empresario y le cobran en exceso, etc. pueden llegar a tener mucho de cierto, como dice el refrán popular “crea fama y échate a dormir”.
Pareciera que en esa lucha, siempre desigual, entre el Goliath (Bancario) y el David (Cliente), estaría llegando a su fin, por lo menos con mayores expectativas de hacerla más igualitaria y equitativa y, seguramente, con mayores y mejores posibilidades de consolidar una relación de gana a gana, mirando hacia el futuro.
¿Por qué esta explosión de optimismo podría embargar al cliente del sistema financiero, y convertir sus negativas expectativas en positivas y alentadores oportunidades? Algunas razones para sustentar lo anterior:
- Una Renta mínima positiva en los ahorros
Si las personas llevan su dinero al banco, lo mantienen en él, el banco utiliza esos recursos para generar su rentabilidad, entonces ¿por qué los bancos no reconocen una rentabilidad mínima positiva para los ahorradores? Una iniciativa parlamentaria ha propuesto que esta condición sea de cumplimiento obligatorio para las entidades financieras. En otras palabras, que los bancos reconozcan ganancias al ahorrador y que se reflejen positivamente en los saldos de las cuentas de ahorros. Tal vez una retribución justa por ser el cliente, el financiador del sistema financiero en gran medida.
- Poder retirar la totalidad del dinero ahorrado
¿Si tengo ahorrado “mi dinero” en el banco, por qué razón no puedo retirarlo todo? La opción de eliminar el “saldo mínimo” en las cuentas de ahorro, le permitirá a muchas personas poder disponer de la totalidad de su dinero ahorrado. Muy seguramente, para alguien que gane un salario mínimo, poder contar con los $10.000 del saldo mínimo, será un gran alivio y una consideración básica, al ser en últimas, dinero del ahorrador.
- Menores Costos Financieros en las transacciones que hacen las personas
“¡Mi banco me cobra por todo y todo carísimo!”, resulta ser una expresión recurrente. Es plausible ver que los bancos comienzan a “sacrificar algo de sus ganancias” y las trasladan para el beneficio real financiero de sus clientes.
Entonces, eliminar cobros por cuotas de manejo de los productos financieros, eliminar costos en las transacciones realizadas, como retiros en cajeros, transferencias electrónicas, entre otras, no cobrar cuota de manejo en las cuentas inactivas, son algunas de las medidas que también alivian el bolsillo del cliente bancario, lo que les permitirá poder disponer de más dinero para su consumo, e inclusive para su ahorro, en el mismo banco.
- Una mejor atención en las oficinas, menos colas y más agilidad en el servicio
“Tener que ir al banco a realizar alguna transacción, se convierte en una verdadera prueba a la paciencia y tolerancia de un cliente”. Los bancos han comenzado a pensar en el cliente y su tiempo, el cual es tan valioso como el de ellos. Mecanismos más ágiles de atención, atención preferencial a personas con condiciones especiales, posibilidades de transacciones vía internet, e inclusive lo propuesto por una entidad bancaria de atender a sus clientes en su propia casa, resultan estrategias y mecanismos que hacen más amable la relación cliente–banco, le dan más agilidad a la operación y le proporcionan a las personas condiciones más amables y respetuosas en las atención que las entidades bancarias dan a sus clientes.
- Mayor y mejor calidad en la información suministrada por los bancos a sus clientes
“Cuando el banco me explicó las condiciones del crédito que pedí, salí más confundido y sentí que me quisieron enredar”. Los clientes suelen quejarse por la deficiente y poca clara información que reciben de sus productos financieros, o de los nuevos productos a los que desean acceder. No cabe duda que el idioma de lo financiero resulta complejo de comprender, y que no se puede alejar del fundamento técnico que este contiene.
Sin embargo, es propósito, cada vez más común, que las entidades financieras se preocupen por educar financieramente a sus clientes y a la comunidad en general, al punto que la educación financiera tiene su origen desde muy temprana edad. Un cliente educado financieramente, es un cliente que sabe tomar decisiones y maneja con pertinencia y responsabilidad sus productos financieros.
En conclusión: Tal vez aún falte mucho camino por recorrer para lograr más y mejores condiciones para los clientes, por parte del sistema bancario, pero sin duda los avances y los logros son importantes. Lo que cuenta es que se dan los primeros pasos, para que la banca realmente comience a pensar en la gente…. En sus clientes actuales y futuros.