Considera que el país debe trabajar en calidad de educación, en gravar más a los ricos, en pensiones para los más pobres y en infraestructura.
Colombia ha logrado una notoria reducción de la pobreza en los últimos años, pero no tiene los mismos resultados en la disminución de la desigualdad, aunque hay mejoría.
Ese comportamiento, que también lo muestra la mayoría de países de la región, fue revelado en el informe ‘Ganancias sociales en la balanza: un reto de política fiscal en América Latina y el Caribe’, presentado en Washington por el Banco Mundial.
Louise Cord, gerente del Grupo de Reducción de Pobreza y Género para América Latina y el Caribe, del organismo multilateral, habló con EL TIEMPO sobre el panorama en Colombia.
¿Los avances de Colombia dan para ser un caso para destacar en reducción de pobreza y de desigualdad?
El desempeño de Colombia ha estado en el medio con relación al resto de América Latina y el Caribe (ALC).
El ritmo de reducción de la pobreza, entre 2003 y 2011, fue moderada: bajó más que el de sus pares regionales como Brasil, Costa Rica y México, pero es más alto que el de otros, como República Dominicana, Panamá, Paraguay y Perú. Aunque la desigualdad se redujo, sobre todo entre 2010 y 2011, Colombia sigue siendo uno de los tres países con mayor desigualdad en la región.
¿La aplicación de una reforma tributaria que fue planteada para disminuir la inequidad ha dado resultados?
Colombia está en la mitad de la tabla en América Latina en la cantidad de impuestos recaudados como porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB).
El recaudo se ha basado, en gran medida, en impuestos indirectos, mientras que la participación de los directos, como el de renta, es casi nula.
Esto socava la progresividad, porque no se obtienen los ingresos de los que tienen más recursos.
Las recientes reformas fiscales en impuestos al valor agregado (IVA) y las tasas de impuesto sobre la renta han sido positivas y pueden generar un impacto en la distribución del ingreso.
Se espera que la reducción de las contribuciones sobre la nómina de las empresas y la introducción de un nuevo impuesto a las ganancias de las empresas (el Cree) contribuyan a incrementar el empleo formal en torno al 10 por ciento y los ingresos laborales formales entre el 4,8 y el 4,9 por ciento.
¿Cuál es la estrategia para incrementar los ingresos de la gente y por esa vía atacar la desigualdad?
Es bueno recordar que Colombia tiene la tasa de creación de empleos más alta de la región, con 10 por ciento entre 2010 a 2013, lo que significa que el desempleo va bajando (500.000 fuentes de trabajo formales creadas entre 2009 y 2013) y la pobreza extrema se redujo de 14,4 por ciento en 2009 a 10,4 por ciento en 2012 –es decir, alrededor de 1,6 millones salieron de la pobreza extrema–.
Estas cifras no son menores y reflejan los esfuerzos del Gobierno.
Para aumentar los ingresos y reducir la desigualdad consideramos importante las reformas en cuatro áreas: una que se centre en reducir las rigideces del mercado laboral y bajar las altas tasas de informalidad, dado que el ingreso laboral es motor para disminuir la desigualdad e importante para reducir la pobreza.
Otra debe ser para mejorar la progresividad en el pago de impuestos.
Y hay que tener en cuenta que las pensiones no han jugado un papel importante en la reducción de la desigualdad, por lo que una reforma con un enfoque más a favor de los pobres y de la equidad ayudaría a acelerar la reducción de la pobreza y la desigualdad.
Otra es para que el acceso a una educación de calidad sea más equitativo.
El acceso a oportunidades de desarrollo de la primera infancia es fundamental. La desigualdad de oportunidades sigue siendo bastante alta.
Aumentar el acceso a la educación superior debe ser un mecanismo importante para reducir ese problema y reducir la desigualdad de ingresos.
Y por último la reducción de costos de transporte y logística para ayudar a empresas a ser más competitivas.
¿Cómo aprovechar más los crecimientos económicos en pro de una ganancia social?
Si los nuevos acuerdos de libre comercio se materializan, la reducción de los costos de transporte y la mejora de la infraestructura serán clave para que Colombia pueda sacar provecho de un potencial dividendo de crecimiento. Una serie de reformas buscan mejorar el clima de inversión y reducir los costos de logística.
Los marcos legales y regulatorios se han ajustado y se han creado nuevas instituciones para promover las alianzas público-privadas y las inversiones en infraestructura y transporte han aumentado.
‘Impuestos indirectos no son tan malos’: Dian
En su informe, el Banco Mundial critica los impuestos indirectos o tributos al consumo, por ser un freno a la reducción de la desigualdad, y recomienda “políticas fiscales redistributivas, que garanticen el acceso generalizado a bienes y servicios básicos para promover un desarrollo inclusivo”.
En el caso de Colombia, se adelantó una reforma tributaria en el 2012, para que cada colombiano aportara impuestos según sus posibilidades.
El director de la Dian, Juan Ricardo Ortega, asegura que los impuestos indirectos “no son del todo malos, sino que tienen aspectos que generan injusticia y desigualdad”.
“Las industrias grandes no pagan IVA de bienes de capital, los pequeños empresarios sí, por ejemplo”, agrega.
Destaca que, por ejemplo, el impuesto al consumo en restaurantes ha aumentado los declarantes y el recaudo.
Pero para Cecilia López, directora del Centro de pensamiento social y económico (Cisoe), los resultados no han sido efectivos.
“Las reformas fiscales deben caer sobre los individuos ricos, no sobre las empresas, que son las que generan empleo para que la población tenga ingresos y no limosnas”, dijo.
Y José Antonio Ocampo, exdirector de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), considera que tras una disminución en los últimos 10 años en la desigualdad en América Latina se ha llegado a un punto en el que los resultados son muy lentos.
Y esa persistencia de la dificultad para reducir la desigualdad refleja que la fase fácil en la tarea ya pasó. “Ahora viene lo más duro: usar la política fiscal, y América Latina casi no ha utilizado este instrumento para reducir la desigualdad”.
‘Colombia, el segundo con mejores resultados’
Gabriel Vallejo, director del Departamento de la Prosperidad (DPS), aseguró que “después de Ecuador, Colombia es el país que más ha reducido la desigualdad en América Latina, desde 2010”.
Esto, según Vallejo, le ha permitido salir del grupo de los países más desiguales del continente.
Vallejo igualmente señaló que para el 2015, se espera reducir a 28,5 por ciento el porcentaje de personas en pobreza y a 8,8 por ciento el de pobreza extrema. La pobreza se encuentra en la actualidad en 32,7 por ciento.
“Para esto se han generado mecanismos explícitos para dar oportunidades de acceso preferente de la población pobre a la oferta social y se trabaja en la consolidación del piso básico de protección social, desde el DPS y el Sector de la Inclusión Social y la Reconciliación”, dijo.
Destacó también que el Gobierno está trabajando en ampliar la clase media. “El objetivo debe ser llegar a un porcentaje similar al de México o Chile, es decir, entre el 47 y 51 por ciento, al tiempo que el porcentaje de pobres no debería ser superior al 12 por ciento”.
COMPARACIÓN CON LOS VECINOS
Brasil, Argentina y Chile, con las mejores cifras
Según el Banco Mundial, la pobreza en América Latina y el Caribe ha decrecido y se situó en el 2012 en 12,3 % del total de la población después de haber comenzado el milenio con 25,1 %.
Los países del Cono Sur (Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay) han sido los líderes en reducción de pobreza en la región, con una disminución del 37 % en 2012.
En los de la zona andina, entre los que se cuentan Colombia Bolivia, Ecuador y Perú, la caída fue del 22 por ciento.
En lo que respecta a la disminución de la brecha entre ricos y pobres, tres países han tenido los mejores resultados: Brasil, México y Uruguay, que registran una reducción de 0,03 en el índice de Gini (mide la desigualdad), mientras que Colombia redujo 0,02 puntos entre 2008 y 2012.