Entre más empresas se democraticen, el costo de la deuda bajará, pues los bancos competirán más.
Durante las últimas décadas se pueden enumerar varios hitos que cambiaron el mercado de valores de Colombia. Uno de ellos fue la decisión de muchas empresas públicas y privadas de democratizarse, es decir, de vender parte de sus acciones al público. Pero, para qué sirve democratizar una empresa y por qué los dueños de exitosas compañías optan por salir a compartir sus esfuerzos de años.
Por un lado, es una forma de obtener recursos para desarrollar los planes de expansión sin necesidad de recurrir a préstamos con las entidades financieras. Mientras a un banco se le tiene que responder con la plata y los intereses en un tiempo determinado tenga o no tenga éxito el plan comercial, los nuevos socios asumen los riesgos por igual, pues pasan a ser dueños de la empresa.
Pero eso no es todo. Javier Díaz, vicepresidente comercial de la Bolsa de Valores, explica que para una compañía es importante democratizarse porque, al diversificar su base de accionistas, puede llegar a tener una mayor liquidez y mayor formación de precios. “Como en cualquier mercado, cuando uno tiene una base muy amplia de gente comprando y vendiendo, se lleva una mejor formación de precios. Eso es obvio hoy, pero no era obvio hace 10 o 20 años”, sostiene Díaz.
La primera democratización de una compañía privada la protagonizó el Grupo Aval, que salió con acciones ordinarias en el año 1999. En ese momento colocó el 2,5 por ciento de sus acciones en poder del público. En el 2007 repitió la operación aumentando la cantidad de acciones en poder del público a 7,5 por ciento y ganando una base de accionistas que hoy suma más de 115 mil personas.
Aunque la historia del mercado bursátil en Colombia se remonta a los primeros años del siglo pasado, no fue sino hasta el 2001, luego de la fusión de las bolsas de Bogotá, Medellín y Occidente (Cali), que empezó a tener movimiento el tema de la democratización.
Para el 2004, las empresas que decidieron salir a bolsa alcanzaban a mover 4 billones de pesos en un año, aproximadamente el 10 por ciento de lo que se negoció el 2012, año en que se movieron 46 billones de pesos. Este aumento en los negocios de renta variable, como se le conoce en la bolsa a la compra y venta de acciones, vino de la mano de la adquisición de tecnología por parte de los operadores del mercado bursátil para facilitar este tipo de negocio.
Pero hay un hecho que marcó un antes y un después en la democratización empresarial: la salida al ruedo de Ecopetrol en el 2007. No solo es la empresa más grande del país, sino la de más respaldo y credibilidad, y la que más socios tiene. En el 2011, la petrolera estatal sacó nuevas acciones y hoy tiene un 11,5 por ciento de sus acciones en manos de más de 400 mil personas.
El 2011 fue el año transformacional para el negocio de renta variable, explica Díaz. En ese año Avianca, que está radicada en Panamá, se convirtió en el tercer emisor extranjero en llegar al mercado colombiano. Aval volvió a emitir, salieron Nutresa, el Grupo Sura y Éxito. Llegó el cuarto emisor extranjero, que fue Petrominerales. Pacific Rubiales fue el primero en el 2009 y Canacol Energy el segundo, en el 2010.
Pese a que después del 2011 los nuevos emisores han sido pocos, comparado con el tamaño y el crecimiento que ha tenido la economía en el país, el futuro es prometedor en este campo, sostiene Eulalia Sanín, socia de la firma Prospecta.
La ejecutiva cree que las grandes empresas que hoy en día son de propiedad familiar en Colombia, y que están en un cambio generacional, pueden entrar dentro de poco en un proceso de democratización. En Colombia hay muchas empresas familiares y algunas son grandes, incluso hay una asociación de empresas familiares que tiene en estos momentos más de 50 grupos familiares empresariales que son miembros.
Precisamente, explica Sanín, quien hizo parte de la junta directiva de esta asociación, uno de los temas que están mirando las nuevas generaciones que están recibiendo las empresas es la oportunidad que trae el mercado de capitales no solo en Colombia, sino que hay una apertura para atraer inversionistas del exterior.
BAJARÁ EL COSTO DE LA DEUDA
Según Eulalia Sanín, una de las motivaciones que tienen las empresas para entrar a la Bolsa es obtener liquidez. “Hay otros aspectos que son interesantes, y es que impone diferentes estándares de disciplina corporativa, porque hay accionistas minoritarios, supervisión y regulación”, indica.
Explica que una de las ventajas cuando hay más empresas en bolsa es que baja el precio de la financiación. “Los bancos tienen un gran porcentaje de la financiación de las empresas colombianas. En la medida en que estas empresas se sofistiquen y empiecen a emitir bonos en la Bolsa de Valores, los bancos tendrán que ser más competitivos y bajar sus tasas”, sostiene Sanín.